-La prohibición no está tomando en cuenta las condiciones diversas del campo en las diferentes regiones de México.
Durante la discusión de la prohibición de maíz transgénico, el Senador Mario Vázquez Robles dejó claro que en Acción Nacional se opone a esta prohibición ya que no está demostrado que éste sea dañino para la salud, además que no se está tomando en cuenta las diversidad de condiciones para la cosecha en las distintas regiones del país.
Por ello dijo que lo mejor sería generar opciones, que los productores tengan la libertad de decidir qué sembrar, siempre bajo un marco regulatorio que garantice la protección a la salud, el medio ambiente y a las especies nativas.
Denunció que el tema ha sido demasiado romantizado, además de ser tratado bajo cuestiones ideológicas; ésta situación ha provocado que en los últimos años se haya dejado de apoyar al campo bajo una supuesta “soberanía alimentaria” cuando en la práctica el país depende más que nunca de las importaciones de maíz, para ejemplo recordó que este año, México alcanzó un récord histórico de 23.9 millones de toneladas de maíz importadas, lo que resalta la creciente vulnerabilidad del país frente a la crisis de producción nacional”, apuntó.
“Lo más preocupante es que, por primera vez en 30 años, se está considerando en 2025 importar entre 700 mil y un millón de toneladas de maíz blanco para producir tortillas. ¡No somos capaces de producir lo que estamos consumiendo, en este momento menos que nunca!”
Vázquez Robles también detalló que gran parte del maíz importado es transgénico y se destina a la industria alimentaria y ganadera, lo que pone en evidencia la desproporción entre lo que se consume y lo que el país produce. En este sentido, cuestionó la falta de apoyo a los productores nacionales, al mencionar que el gobierno ha descuidado la parte productiva del campo, lo que ha provocado un aumento en la dependencia de la producción con otros países como Estados Unidos, Argentina y Brasil.
El senador se mostró en desacuerdo con la postura que descalifica el maíz transgénico sin base científica, enfatizó que no hay pruebas que lo vinculen con riesgos para la salud, tal como lo han señalado la Organización Mundial de la Salud y otras autoridades internacionales. No obstante, reconoció el peligro de la polinización cruzada entre maíces criollos y transgénicos, por lo que abogó por una regulación inteligente que permita la coexistencia de ambas opciones sin poner en riesgo la biodiversidad agrícola del país.
Enfatizó en que, para lograr la soberanía alimentaria, es fundamental ofrecer a los productores opciones viables y sostenibles, que incluyan tanto maíces nativos como innovaciones tecnológicas que aumenten los rendimientos sin comprometer el medio ambiente.