Los cuerpos de seis cooperantes extranjeros que murieron el lunes en un bombardeo israelí en Gaza fueron entregados ayer a representantes de sus países en Egipto.
Los cadáveres de los seis cooperantes de la ONG estadunidense World Central Kitchen (WCK) –tres británicos, una australiana, un polaco y un canadiense-estadunidense– ingresaron por el paso de Rafah y fueron trasladados en seis ambulancias hacia El Cairo, informó Marwan Hams, director del hospital Al Najar.
En el bombardeo israelí murieron siete personas, incluido un palestino, cuyos restos fueron entregados a la familia para su sepultura en Rafah.
WCK reveló identidad y edades de los siete trabajadores.
Se trata del palestino Saifeddine Issam Ayad Abutaha, de 25 años; la australiana Lalzawmi Zomi Frankcom, de 43; el polaco Damian Sobol, de 35; el estadunidense-canadiense Jacob Flickinger, de 33, y los británicos John Chapman, 57, James Henderson, de 33, y James Kirby, de 47.
Los trabajadores distribuían comida enviada a Gaza por medio de un corredor marítimo recién establecido, cuando el lunes en la noche sus tres vehículos fueron alcanzados por ataques aéreos israelíes, matando a todos los ocupantes.
Muchos aliados de Israel, incluido Estados Unidos, condenaron el hecho, y WCK y otras agrupaciones suspendieron sus envíos de ayuda a los palestinos debido a la falta de seguridad.
Chipre, que ha desempeñado un papel clave en la creación del corredor marítimo, dijo que los buques que llegaron a Gaza el lunes regresaron a Chipre con unas 240 toneladas de suministros sin entregar, en momentos en que la Organización Mundial de la Salud informó de la muerte por desnutrición de 27 niños en la franja de Gaza desde que empezó la guerra.
Más de 200 trabajadores humanitarios han sido abatidos en la franja de Gaza desde que Hamas mató a mil 200 personas en su incursión a Israel, el pasado 7 de octubre. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (Unrwa) indicó que 176 miembros de su personal han sido asesinados desde entonces.
Israel reconoció que el ataque fue un grave error, en palabras del jefe del Estado Mayor, general Herzi Halevi, quien alegó que se produjo tras una identificación errónea durante la noche, en una guerra, en condiciones muy complejas, añadió que completarán la investigación en los próximos días y la compartirán con transparencia.
El premier israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que fue un trágico incidente y que será investigado hasta el final.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, calificó el ataque de resultado inevitable de la forma en que se lleva a cabo esta guerra, al tiempo que la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios decidió suspender durante 48 horas sus operaciones nocturnas, mientras continuaron las críticas de jefes de gobierno a Tel Aviv.
Bajo una creciente presión de activistas antibélicos, el premier británico, Rishi Sunak, comentó que la guerra de Israel contra la franja de Gaza se está volviendo cada vez más intolerable.
No obstante, se resistió ayer a las peticiones de suspender la venta de armas a Israel.
Campaign Against Arms Trade acusó a Gran Bretaña de ser cómplice de la muerte de los siete trabajadores humanitarios del WCK, ya que las armas (drones) usadas en el ataque fueron impulsadas por motores fabricados en Reino Unido. Añadió que Israel bombardeó el convoy con un dron Hermes 450.
Desde 2008, el gobierno británico ha vendido armas y componentes militares por más unos 719 millones de dólares a Israel, aun cuando el país debe suspender la venta cuando existe el riesgo de que las armas se usen en violaciones humanitarias.
El premier canadiense, Justin Trudeau, afirmó que el ataque a los trabajadores humanitarios es absolutamente inaceptable; en tanto, su par australiano, Anthony Albanese, llamó a Netanyahu y le expresó su ira y preocupación. Para su homólogo polaco, Donald Tusk, el bombardeo contra los cooperantes de WCK sometía la solidaridad con Israel a una dura prueba.
El mandatario español, Pedro Sánchez, consideró que las explicaciones ofrecidas por Israel sobre el bombardeo son insuficientes y destacó que el gobierno israelí conocía la acción y el itinerario de WCK en Gaza.
El papa Francisco manifestó su profunda tristeza por la muerte de los cooperantes y renovó su llamado para que la población civil, agotada y sufriente, pueda acceder a la ayuda humanitaria, así como la liberación inmediata de los rehenes aún cautivos en Gaza.
En tanto, los palestinos relanzaron de manera oficial el procedimiento para convertirse en Estado miembro con pleno derecho de Naciones Unidas y pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU examinarlo este mes, mientras Estados Unidos se mostró a favor ayer del establecimiento de un Estado palestino independiente con garantías de seguridad para Israel, pero rechazó que el proceso se lleve en Naciones Unidas y propuso negociaciones directas entre las partes.