La muerte de al menos 40 migrantes tras un incendio en un centro de detención en Ciudad Juárez, Chihuahua, es resultado de políticas opresivas, denuncia este martes la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Maureen Meyer, vicepresidenta de programas en la organización, lamentó los decesos y señaló en su cuenta de Twitter que este “trágico incendio es resultado de políticas represivas que encierran a migrantes y solicitantes de asilo, con frecuencia en condiciones duras e inseguras”.
Carolina Jiménez Sandoval, presidenta de WOLA, aseguró que “no es suficiente que el gobierno condene el hecho (sin explicaciones aún)”. Urge, añadió, una “política de alternativas a la detención que no prive de la libertad a personas migrantes”.
También dijo que “urge una investigación efectiva” sobre lo ocurrido y “reparación a las víctimas”.
El Centro para la Defensa de los Migrantes de Las Américas también lamentó la tragedia, y dijo que “no es la primera vez que ocurre una tragedia similar en Ciudad Juárez”. Hace tiempo, insistió, “que nuestras fronteras deberían ser un refugio seguro para quienes buscan seguridad. Nuestros corazones están con nuestra comunidad y los afectados”.
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, responsabilizó a una protesta de migrantes por el incendio.
“Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron, a partir, suponemos, de que se enteraron de iban a ser deportados, movilizados, y como protesta, en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego”, declaró el mandatario. Del total de víctimas fatales, 28 eran de Guatemala, según confirmó el gobierno guatemalteco.
Tony Payan, director del Centro para Estados Unidos y México en el Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice, dijo que en su conferencia matutina, López Obrador culpó a los migrantes de lo ocurrido porque estaban protestando porque serían deportados. “No hubo expresiones de empatía o cambios de política. Solo asignación de culpas”.