El gobernador de Texas, Greg Abbott, subrayó en una carta publicada en el diario The New York Post, que todos los envíos de migrantes que desde hace varias semanas practica su Gobierno hacia la ciudad de Nueva York son voluntarios y que los afectados reciben alimentos durante su largo viaje.
Además, acusa al alcalde de Nueva York, Eric Adams, de incoherencia: “Lo peor de Adams es la hipocresía (…) Mucho hablar de que Nueva York es una ciudad refugio, pero cuando se le pide que concrete sus políticas irreflexivas, se limita a condenar a todo aquel que le conmina a dar pasos concretos”.
Abbot y Adams están enzarzados en una áspera polémica sobre los envíos de migrantes desde la frontera de Texas hacia Nueva York, organizados abiertamente en autobuses fletados por el Gobierno de Abbot desde el 5 de agosto sin coordinación con la administración de Adams, y que —según las cifras de la alcaldía neoyorquina— se han traducido ya en la llegada de unos 6 mil migrantes, la mayoría de ellos venezolanos.
Sobre las condiciones de viaje de los migrantes, Abbot dice que quiere aclarar “la campaña del alcalde alimentada con mentiras descaradas y desinformación”, y subraya el carácter voluntario de esos viajes de más de 30 horas.
“Para ser claros: todo migrante que sube a un autobús desde Texas a Nueva York ha firmado un acuerdo para ser trasladado a la ciudad. Y a todos se les provee comida y agua durante su trayecto“, lo que ha sido corroborado por muchos de los viajeros, aunque en conversación con Efe aseguran que son las ONG y el Gobierno quien les provee esa asistencia.
No es casualidad que Abbot haya elegido para publicar su tribuna The New York Post, uno de los tabloides más leídos en la Gran Manzana, con una línea abiertamente conservadora y un discurso antiinmigración.
El gobernador, del ala derecha del Partido Republicano, aprovecha para cargar una vez más contra el gobierno federal de Joe Biden y lo que Abbot llama “política de fronteras abiertas”, que según él terminan en realidad beneficiando a los carteles de drogas: “Inhumanidad es esta política estadounidense que ayuda y fomenta los carteles y sus traficantes de personas basados en los Estados Unidos”.
Según las cifras de Abbot, más de 2 millones de migrantes ilegales han cruzado la frontera en los pasados 11 meses, muchos de ellos desembarcando en pequeñas poblaciones de Texas de menos de 50 mil personas “destrozadas por los delitos de los carteles que destruyen ranchos, invaden casas y amenazan la seguridad de los texanos”.
“Texas —concluye el gobernador— ha sido abandonada a su suerte. Es el único estado de la historia que ha construido su propio muro fronterizo.
He desplegado a la Guardia Nacional y al Departamento de Salud Pública para repeler y detener a los inmigrantes ilegales y para decomisar armas y drogas letales”.
Y concluye de modo irónico: “Aún estoy esperando una nota de agradecimiento de (el alcalde) Adams por habernos incautado de suficiente fentanilo para matar a cada hombre, mujer y niño del estado de Nueva York”.