Los obispos que conforman la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se pronunciaron contra los altos índices de violencia en el país y pidieron un diálogo nacional a favor de la paz.
La CEM externó su “profunda preocupación” por la extensión del crimen “por todas partes” que trastoca la vida cotidiana de toda sociedad.
Lo más grave, (los criminales) han llegado a manifestarse con niveles de crueldad inhumana en ejecuciones y masacres que han hecho de nuestro país uno de los lugares más inseguros y violentos del mundo”, reprobó.
Los obispos consideraron que el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Cerocahui, Chihuahua, es una muestra de la falta de valores y sensibilidad derivada de la pérdida de respeto a la dignidad humana.
Los datos oficiales nos hablan de casi 122 mil asesinatos a manos de los criminales durante los tres años y medio. ¡Cuántos asesinatos en México! ha expresado con dolor el papa Francisco en la Audiencia General del 22 de junio de este año. ¡Cuánta maldad y desorden social! expresamos nosotros como obispos mexicanos”, lamentaron.
La Conferencia reconoció que como Iglesia no han hecho lo suficiente en la evangelización de los pueblos, por lo que es necesario redoblar esfuerzos.
En este sentido hicieron un llamado al Gobierno Federal y a las autoridades de todos los niveles a revisar las estrategias de seguridad, que dijeron, “están fracasando”.
Insistieron en que no es útil negar la realidad ni culpar a tiempos pasados de lo que se necesita resolver ahora.
Es tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen.
Es tiempo de escuchar a los académicos e investigadores, a las denuncias de los medios de comunicación, a todas las fuerzas políticas, a la sociedad civil y a las asociaciones religiosas.”
La CEM enfatizó que es responsabilidad de los gobernantes aplicar la ley con justicia para erradicar la impunidad, respetando los derechos humanos.
Hacemos un respetuoso llamado a nuestras autoridades políticas a convocar a un diálogo nacional para emprender acciones inteligentes e integrales con el fin de alcanzar la paz mediante una participación conjunta. Creemos que “la paz es posible, que tiene que ser posible”, finalizó la Conferencia.