México, (Notimex).- Brenda y Fernanda tienen poco más de 20 años, son estudiantes de las escuelas Nacional de Enfermería y Obstetricia del IPN y Superior de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, en cada caso, y este jueves iniciarían su pasantía pero la Secretaría de Salud no autorizó las plazas para realizarla.
También les han quitado becas de 300 pesos, muy importantes para hacer su servicio, según explicó Brenda, quien forma parte del grupo de trabajadores de la salud que se manifiesta en el Zócalo capitalino en demanda de mejoras laborales.
La alumna del Instituto Politécnico Nacional (IPN) participa en la movilización que partió del Palacio de Bellas Artes porque busca apoyo de las autoridades para que haya mejores condiciones para hacer su pasantía.
Tanto ella como Fernanda pasaron cuatro años en las aulas, igual que en una licenciatura. Además tienen que cubrir un año de servicio social para titularse y sumarse a las filas de enfermeros que necesita el país.
Sin embargo por ahora no tienen ningún apoyo de las autoridades, en contraste con otros jóvenes que sin estudiar ni trabajar pueden acceder a él.
Fernanda comentó que hacer servicio social le resulta complicado ya que antes se buscaba que empatara con sus actividades escolares y ahora se ve obligada a aceptar cualquier horario, incluso los fines de semana.
Todos tienen 20 años, en promedio, y la convocatoria para manifestarse se realizó por redes sociales. En esos espacios se comenzaron a organizar para exigir a las autoridades certeza para desempeñar su servicio social en condiciones dignas.
Brenda explicó que un pasante realiza las mismas actividades que un enfermero, que el sistema de salud no atienden en su totalidad la demanda hospitalaria y los pasantes de enfermería son quienes precisamente ayudan con esa cobertura.
El grupo permanece en la plancha de la Plaza de la Constitución. Se espera la llegada de más contingentes al lugar para luego partir a la sede de la Secretaría de Salud, en la calle Lieja, en Chapultepec, donde expondrán sus demandas.
Por Mariangel Calderón
