Al correísmo le espera en Ecuador un largo periodo de resistencia como fuerza opositora; una larga travesía en el desierto que seguirá impidiendo que el expresidente Rafael Correa –que gobernó entre 2007 y 2017– regrese del destierro forzado y que tiene a su partido, Revolución Ciudadana, bajo ataque de los grupos afines a la poderosa y ultraconservadora familia Noboa, la más rica del país.
Desde Bruselas, donde reside, Correa conversa en entrevista con La Jornada: “Es mas probable creer en un burro volando que dar crédito al resultado final que determinó el triunfo del presidente Daniel Noboa”. El escrutinio de la autoridad electoral de dio a Noboa el triunfo con el 53 por ciento, mientras que a Luisa González, puntera en casi todas las encuestas, le dio 44 por ciento.
Explica: “Ninguna encuesta o exit poll lo previó. No hay un solo antecedente en la historia de los procesos electorales de la región”, sostiene el exmandatario. Recuerda que en las derrotas electorales de 2021 y 2023, su partido acató los resultados a pesar de las muchas irregularidades documentadas antes y durante los comicios. “Por madurez y coherencia aceptamos. Pero esta vez cometieron un error. Se les pasó la mano. El día de las elecciones hubo tres exit poll, uno daba empate técnico y dos nos ponían arriba. Además, seis encuestas postelectorales daban la victoria a Luisa González”.
–¿Cómo se explica el fenómeno de que en la primera vuelta entre Noboa y Luisa González hubo una diferencia de 16.000 votos, y en la segunda Noboa creció en más de 1,3 millones de votos y González solo aumentó en 172.000 votos?
–No tiene explicación. El especialista Francisco Rodríguez, de la Universidad de Denver, ha estudiado ese detalle de las diferencias de resultados entre primeras y segundas vueltas en todos los comicios de América Latina y calificó el caso de Ecuador como anómalo, atípico, inverosímil. Siendo la principal fuerza política del Ecuador retrocedimos en el 40 por ciento del total de mesas en todo el país.
–¿Hay posibilidades de que prospere alguna de sus impugnaciones y se revierta el proceso?
“Cero. Es un hecho consumado. No quedan mas recursos. Incluso cuando más adelante logremos comprobar el fraude vía la tinta transferible, Noboa ya es presidente proclamado”.
La tinta mágica
El tema de la tinta transferible es ahora el argumento de la batalla que libra este economista que gobernó diez años su país, para sostener que lo que pasó el día de las elecciones fue “un fraude de vanguardia”, altamente sofisticado y que debería suscitar una reacción en todos los gobiernos latinoamericanos.
Encontró el primer indicio en un informe preliminar de la misión de observación de la OEA: “El problema no estuvo en el sistema informático sino en las boletas. Mire” –dice y muestra en la pantalla dicho reporte–. “Página trece: los observadores reportan que en unas casillas la tinta utilizada para marcar el voto se transfería en las boletas al doblarlas debido a la simetría del diseño. Ahí se nos prendieron las luces. Nunca se había conocido algo así en un proceso electoral. El problema se detectó en cerca de dos mil mesas, de un total de 142 mil mesas. Esto puede ser un botón de muestra, apenas una mínima parte”. El informe final de la OEA ya no recoge esos datos.
Los responsables de RC empezaron a investigar. Acudieron a un centro de investigación de lo más avanzado en temas de documentoscopía, tintas y técnica criminalística, el Instituto Canario de Análisis Criminológico. Cuatro expertos –un mexicano, dos colombianos y un venezolano– encontraron mediante pruebas de laboratorio que en las elecciones de Ecuador se utilizaron dos tipos de bolígrafos. “Uno de ellos tenía tinta de secado rápido, como dicta la ley. Pero otro contenía una tinta elaborada en la India, de origen acuoso y altamente transferible, que, sumado a un tipo de papel pretratado en una mitad con un agente reductor como el metabisulfito sódico, permite la alteración del voto, ya que la tinta transferible pasa de una opción política a la opuesta cuando se dobla la papeleta y se realiza una leve presión sobre ella, y desaparece en la mitad tratada con el agente reductor”.
–¿Cómo pudieron introducirse esas boletas y esos bolígrafos?
–Cometimos un grave error. El día de las elecciones cubrimos todas las mesas, pero no tuvimos control en donde se imprimieron las boletas, una imprenta militar. Tampoco en la empresa que proporcionó y armó los kits electorales (los paquetes de bolígrafos, los cartones, las fundas plásticas). Fue la empresa Mongar, de la familia Montesinos, que fue la que ganó la licitación.
–¿Tuvieron acceso a alguna boleta para confirmar lo de la tinta transferible?
–No. No nos permitieron abrir ni una sola urna.
“Un doble estándar terrible”
–¿Y qué se puede hacer?
–Existe la remota posibilidad de que con la adecuada presión internacional se puedan abrir las urnas. Los presidentes latinoamericanos no deberían aceptarlo. Esto es un peligro para toda la región. Es algo que debería preocupar a los gobiernos y a la prensa.
–Pero sucede lo contrario. A diferencia del cuestionamiento que recibió el proceso electoral venezolano, la mayoría de los gobiernos de la región han dado por bueno el resultado en Ecuador, con la excepción de la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Gustavo Petro. No hay un clima propicio para que se produzca este pronunciamiento.
–Así es. Un doble estándar terrible. A Maduro no lo reconocieron porque no enseñó las actas. A Noboa lo reconocen, aunque no haya abierto las urnas y estemos demostrando que hubo fraude. Yo esperaba un poco mas de algunos mandatarios. Vamos a esperar. Y a seguir resistiendo en esta república que ni siguiera llega ya a bananera, porque ha dejado de ser república.
–Parecería entonces que al proyecto de la Revolución Ciudadana y a usted les espera todavía una larga travesía en el desierto.
–Usted lo ha dicho. Y en ese largo camino seguiremos perseguidos, calumniados. Y para seguir su cita bíblica, le diré que resistiremos hasta llegar a la tierra prometida. Revolución Ciudadana sigue siendo la principal fuerza política del país.
–¿Qué podrá pasar con las alianzas que se lograron en último momento entre la candidata Luisa González y el movimiento indígena, Pachakutik y su candidato Leónides Iza? ¿Se van a mantener?
–No, fueron coyunturales. Lo que nos unió era el peligro de Noboa. Pero en los liderazgos del movimiento indígena, en Pachakutik concretamente, hay muchas inconsistencias.
De república bananera a no república
“Es que nos volvieron una república bananera, con un señor que se cree emperador, que cree que puede hacer cualquier cosa con total impunidad, que ha impuesto a su esposa (Lavinia Valbonesi) como presidenta de su partido. La mamá de Noboa (Anabella Azin) fue quien encabezó la lista nacional de su partido y ahora es la presidenta de la Asamblea Nacional. Su partido se llama ADN. No es sarcasmo.
En esta republiqueta de opereta nos toca seguir resistiendo.
–Impensable su retorno, por lo pronto.
–Lo que han hecho conmigo es un asesinato reputacional desde 2020. Ese año, en plena pandemia, para impedir que fuera candidato, me condenaron en tiempo récord con una acusación de soborno –inexistente y ridículo—en la que se dice que “por influjo psíquico” dirigía yo esas operaciones. Porque ellos saben que si yo estuviera en Ecuador la historia cambiaría.
–Lamentablemente un personaje como Noboa no es único en América Latina, en el mundo. En Argentina Javier Milei por ejemplo…–
–Pero Milei sí ganó las elecciones, aunque no nos guste. No, el problema es otro y hay que entenderlo. Ellos no serían nada si no fuera por los medios de comunicación de las derechas. Nos enfrentamos a todo un sistema mediático. Si la izquierda no se plantea la cuestión mediática va a ser muy difícil llevar a nuestros países hacia el progreso. México es la excepción por la constante lucha de Andrés Manuel López Obrador. Pero estará de acuerdo conmigo de que, sin el papel de la prensa, él hubiera ganado desde la primera elección (2006). La prensa consagró la presidencia de Felipe Calderón. A Enrique Peña Nieto lo fabricó la prensa.
El desarrollo y la democracia sin información no existen. ¿Cómo se pueden tomar decisiones colectivas fundamentales para el desarrollo sin la información necesaria? Pero en lugar de información tenemos la manipulación de lo que llamamos la mafia mediática. No nos engañemos. Mientras no se atienda esta cuestión de los medios corporativos no tendremos ni desarrollo ni democracia.
–En el periodo en el que usted gobernó se propuso una reforma de telecomunicaciones y propiedad de los medios de comunicación. Eso provocó una intentona golpista en 2010…–
–Cuando llegué al gobierno yo le corté a esos medios el negocio que tenían de monopolio sobre la importación del papel periódico y las medicinas. Y eso no nos lo perdonan. Ahora ya recuperaron todo eso. Tenían también el 99 por ciento del espacio radioeléctrico. Pero como este pertenece al Estado, regulamos para que el 33 por ciento fuera privado, 33 por ciento público y 34 por ciento alternativos (de universidades, organizaciones, corporaciones de periodistas). El problema fue es que no estábamos preparados, hubo pocos proyectos para llenar esos espacios, pero se avanzó en la democratización. Era algo tan sencillo como defenderla verdad.
A todo esto, lo llamaron ley mordaza y atentado a la libertad de expresión. Y todo lo que se hizo ya lo derogaron.
La traición de Lenin Moreno: “Asumo mi responsabilidad”
–Recapitulando un poco sobre los momentos y los factores que hicieron que se torciera así la historia de Ecuador ¿qué me puede decir sobre lo que pasó con Lenin Moreno? ¿Fue usted quien lo seleccionó como su sucesor, como candidato para las elecciones de 2017? ¿Qué pasó ahí?
–Él nos engañó desvergonzadamente. Basta ver sus discursos de antes, lo que decía: Correa el mejor presidente de la historia, el mejor gobierno. ¿Cómo íbamos a imaginar que era tan falso?
–¿Lo conocía de antes?
–No, lo conocí en 2006, en la campaña. Era una figura distinguida en Alianza País. Y se hizo ese análisis: en los diez años de mi gobierno hubo muchos cambios, pero también se polarizó el país y se necesitaba una figura afable que mantuviera los cambios aunque no profundizara mucho. Pensamos que esa persona que generaba simpatía era Lenin Moreno. Yo asumo mi responsabilidad en esto. Nadie imaginaba el nivel de traidor que iba a ser. El daño es enorme. El tipo cambió la historia.
Muy pronto se vendió a los intereses del neoliberalismo criollo, desmanteló todo, persiguió a muchísima gente inventando casos de corrupción –él mismo siendo tan corrupto—con ayuda de la prensa.
Y el amigo que nos presentó también nos traicionó. Es un corrupto. Él tiene su cuenta con todo lo que se robó y desvió en Panamá, en el Balboa Bank. Se le descubrió en 2018 y no le han hecho nada.
–Sobre el tema de corrupción ¿Puede comentar sobre la familia Noboa y el vínculo de sus empresas exportadoras de banano con el tráfico de cocaína? Es un tema que parece no permear en los medios de comunicación.
–La familia Noboa se ha convertido en la mayor importadora de cocaína del mundo. Esa droga parte en contenedores de banano de sus empresas, Noboa Trading. Uno de los gerentes de Bananera Noboa, Gerardo Manzano, fue ministro de agricultura de Lasso. Triplicó los permisos de importación sin tener mayor capacidad de producción para que empresas que están en manos de la mafia albanesa tuvieran permisos de exportación. Hay serios indicios de que directivos de esas empresas están implicados en el tráfico.
–¿Se habla de eso en Ecuador?
–Muy poco. Y hay que decirlo. Noboa tiene apoyo popular. Ha hecho un pésimo gobierno, con crisis económica, crisis energética, crisis institucional por su pleito con su vicepresidenta, crisis moral –no solo por los escándalos de Noboa Trading sino por Petro Noboa, crisis de servicios públicos. Y pese a eso, objetivamente le perdonan todo, tiene apoyo popular. Todo esto por la manipulación mediática.
–Decía usted que Ecuador ha vuelto a ser una república bananera. ¿Qué implica eso en pleno siglo 21?
–Es peor. Creo que Ecuador está dejando de ser república para ser un Estado.
–Hay un agravio de México frente al actual gobierno de Ecuador: la invasión militar a la embajada y el secuestro del exvicepresidente Jorge Glas. La resolución de la Corte Internacional no falló como lo esperaba mi país. ¿Cuál es su valoración?
–A la OEA y a la ONU no les interesa la gente, no les interesa la justicia. El gobierno de Noboa cometió un delito flagrante. Estaban todos los elementos para sancionar al Estado agresor. No pasó nada. Vemos el debilitamiento de los poderes supranacionales que garantizan que se controlen excesos e injusticias como esta.