El centro de la Ciudad Chihuahua vibro este 1ro. de mayo con los pasos firmes y las voces encendidas de los maestros que salieron a las calles no solo para marchar, sino para hacerse escuchar. ¨¡Este no es un día de fiesta, es un día de lucha, de protesta! ¨, coreaban, marcando el ritmo de una movilización que desbordaba inconformidad, memoria y exigencia.
Desde temprana hora, contingentes magistrales, encabezados por las secciones 8 y 42 de la SNTE, comenzaron su recorrido entre bandera, pancartas con consignas y el murmullo creciente. No era un desfile cualquiera, era una manifestación viva, empujada por el cumulo de inconformidades y desacuerdos derivados de la reforma educativa.
El contingente llego hasta Palacio de Gobierno, donde encontraron puertas cerradas y el acceso restringido. Allí, frente al recinto gubernamental, los gritos tomaron un tono más grave: justicia social, equidad, respeto a las conquistas laborales.
El acto concluyo sin incidentes, pero con un mensaje claro: el magisterio sigue de pie, organizado y decidió a defender sus derechos. Lo que para algunos fue un día feriado, para ellos fue una jornada de protesta, y, sobre todo, de dignidad.