Las nuevas leyes de Adquisiciones y Obras Públicas impulsadas por el gobierno federal buscan transformar de fondo la manera en que el Estado contrata bienes y servicios. Así lo afirmó Raquel Buenrostro, titular de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, al presentar los principales ejes de las reformas que, dijo, apuestan por la transparencia, la eficiencia y el fortalecimiento del mercado interno.
Otro de los pilares de la reforma en adquisiciones es la inclusión de diálogos estratégicos con proveedores, especialmente en casos donde el gobierno requiere bienes o servicios que aún no existen en el mercado. Esta figura también se traslada a la ley de obras, con el fin de que los proyectos puedan ser explicados con mayor claridad desde su origen, reduciendo tiempos administrativos y permitiendo propuestas más precisas.
Además, Buenrostro resaltó que las compras consolidadas y los acuerdos macro se fortalecen para aprovechar economías de escala. Un cambio anunciado será el aumento del porcentaje de contenido nacional requerido en las compras del gobierno, que pasa del 50% al 65%. Según la funcionaria, esto busca fomentar las cadenas de valor y la producción nacional. A esto se suma la incorporación explícita de la economía social en la ley, con facilidades específicas para cooperativas, Mipymes y pequeñas empresas.