Las fuerzas israelíes recrudecieron ayer sus ataques en la franja de Gaza y Líbano, donde golpearon unos 300 objetivos de Hezbollah en apenas 24 horas, en una guerra sin cuartel a la cual Estados Unidos instó a poner fin lo antes posible, aunque el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, informó que el sistema de defensa antimisiles Thaad enviado al gobierno de Benjamin Netanyahu está en funcionamiento.
En Gaza, las tropas israelíes detuvieron a hombres y ordenaron a las mujeres abandonar el histórico campo de refugiados de Jabaliya, donde los bombardeos provocaron al menos 29 muertos y decenas de heridos.
La Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa) denunció que las autoridades israelíes impiden que las misiones humanitarias lleguen a las zonas del norte del enclave con suministros críticos, como medicinas y alimentos.
Las personas que intentan huir son asesinadas y sus cuerpos abandonados en la calle, reportó el director de la Unrwa, Philippe Lazzarini, en la red social X.
Médicos del Hospital Indonesio declararon a la agencia de noticias Reuters que las tropas israelíes irrumpieron en una escuela y detuvieron a los hombres para luego incendiar las instalaciones. El fuego alcanzó los generadores del nosocomio y provocó un apagón, de acuerdo con los médicos.
Las autoridades rechazaron las órdenes del ejército israelí –que realizó una nueva incursión en el norte del territorio palestino hace más de dos semanas– de evacuar los tres hospitales de la zona o dejar a los pacientes desatendidos.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU afirmó estar cada vez más preocupada por la forma en que el ejército israelí está llevando a cabo las hostilidades en el norte de Gaza.
Los directores del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas y del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia pidieron en privado ayuda a Netanyahu para aliviar el sufrimiento de innumerables civiles en la franja de Gaza, Cisjordania y Líbano, según una carta a la cual tuvo acceso Reuters.
