La obsesión que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador por el control de los recursos energéticos de México, lo ha llevado incluso al borde de la muerte. En diciembre del 2013 cuando comenzaba a fundar el partido de Morena fue ingresado a un nosocomio debido a un infarto agudo, cuando realizaba una protesta a las afueras del Congreso Mexicano en contra de la reforma energética del Gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, que habría las puertas a las empresas privadas. La diputada federal por el Partido Acción Nacional, Patricia Terrazas mencionó que ante el gasto de 6 mil millones de dólares en la compra de las 13 plantas de energía, pertenecientes a la empresa Iberdrola se espera que no sea una artimaña del ejecutivo federal.
La legisladora panista agregó que se le hace muy extraño los comentarios de Obrador que realizó al principio de su sexenio, que solamente se trataban de ventiladores que no aportaban en nada en temas de energía eléctrica y ahora los adquiere. En palabras de Terrazas Baca, “se trata de las incongruencias de López Obrador, porque el mismo mencionaba que se trataba de una empresa corrupta”.
El afán de Andrés Manuel López Obrador sobre los recursos energéticos es en parte por la admiración que le tiene al expresidente Lázaro Cárdenas, quien en 1938 expropio las empresas extranjeras que en ese tiempo controlaban la industria petrolera del país.
