El debate sobre el control de las armas de fuego en Estados Unidos siempre se intensifica después de una masacre, como ocurrió tras la de Uvalde (Texas) en mayo pasado. Pero a una semana de las elecciones de medio mandato, muy pocos hablan del tema en campaña. Ahora no toca.
Sorprende que ocurra en el año de la mayor matanza en una escuela en una década -19 niños y dos profesoras asesinados-, aunque no sorprende en un país donde la posesión de armas es un derecho constitucional y en el que ha habido desde enero 16 mil 921 homicidios y 20 mil 64 suicidios con arma de fuego, según The Gun Violence Archive.
Las encuestas son claras: Sólo un 1 por ciento de los votantes cita la violencia con ese tipo de armamento como un problema en este momento, de acuerdo a los sondeos de The New York Times o Gallup.
“Piensan en ello cuando pasa”
¿Es que la sociedad estadounidense únicamente reacciona cuando se produce una masacre?
Es exactamente así. Piensan en ello cuando pasa. Pero después, ya sabes, (el suceso) sale del ciclo de noticias (…) . Y yo les digo una y otra vez, nunca crees que te va a pasar, hasta que ocurre, hasta que le ocurre a alguien a quien quieres”.
Lo apunta a EFE Andy Parker. Su hija, Alison Parker, reportera en Roanoke (Virginia) que fue asesinada en directo en televisión junto al cámara con el que trabajaba.
Parker trató de ser candidato en su distrito, pero no llegó a disputar las primarias. Ahora ayuda a recaudar fondos para aspirantes demócratas comprometidos con el control de armas.