La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ante el aumento sostenido de la actividad del SARS-CoV-2 en distintas regiones del planeta desde -++*-|2mediados de febrero. La tasa de positividad de las pruebas de COVID-19 a nivel mundial alcanza ya el 11%, un nivel no observado desde julio de 2024.
Este repunte coincide con la expansión acelerada de la nueva variante NB.1.8.1, clasificada como Variante Bajo Monitoreo (VUM), y se produce en un contexto de baja cobertura vacunal, especialmente en adultos mayores y
personal de salud, considerados los sectores más vulnerables a formas graves de la enfermedad.
Variantes en evolución: NB.1.8.1 gana terreno
Entre enero y mayo de 2025, la circulación global de variantes ha cambiado. La entonces dominante LP.8.1 comenzó a descender desde abril, mientras NB.1.8.1 —descendiente de XDV.1.5.1 y a su vez de JN.1— ha crecido del 2.5% al 10.7% de todas las secuencias reportadas globalmente entre las semanas epidemiológicas 14 y 17 (marzo a abril).
Esta variante incorpora múltiples mutaciones en la proteína Spike —T22N, F59S, G184S, A435S, V445H y T478I—, algunas de las cuales se asocian a:
Actualmente, 518 secuencias genómicas de NB.1.8.1 han sido reportadas desde 22 países. El crecimiento ha sido más notable en el Pacíco Occidental (de 8.9% a 11.7%), seguido de Europa (1.0% a 6.0%) y América (1.6% a 4.9%).
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