Patricio Martínez García, exgobernador de Chihuahua detalló en una conferencia que impartió denominada mitos y realidades del Tratado de Agua de 1944, donde expuso que este acuerdo no representa una carga impuesta por Estados Unidos y tampoco obliga a las autoridades de México a realizar el pago de agua. Instó que el tratado no establece indemnizaciones, ni obligaciones económicas para ninguna de las partes y que su propósito es el reparto del agua de los ríos binacionales, sin afectar unilateralmente a entidades como Chihuahua y Coahuila, ni beneficiar exclusivamente a Tamaulipas y Nuevo León.
Hace referencia que para comprender el tratado es necesario remontarse a la guerra entre México y Estados Unidos, así como a la pérdida territorial de 1848 con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, que definió la actual frontera.
Martínez García recordó que el reparto del agua en América del Norte comenzó tras conflictos entre pobladores de El Paso Texas, Ciudad Juárez y Nuevo México a finales del siglo XIX, lo que llevó a los primeros acuerdos sobre el manejo del recurso.
En este sentido, enfatizó la importancia de revisar la realidad del tratado y evitar interpretaciones que distorsionen sus implicaciones para México.