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Primer round de candidatos presidenciales, entre golpes y fallos del reloj

Preguntas que nadie respondió, chistes de risas forzadas, “bombas” que no terminaron de explotar, un ‘quién es quién’ en amigos impresentables y un reloj fallido que terminó robándose el protagonismo. Así debatieron por primera vez Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez.

La candidata de la oposición se esforzó por acorralar a su principal rival, la llamó dama de hielo, una mujer sin corazón, tapadera más que corcholata y la acusó y señaló sin lograr el objetivo.

La abanderada de Morena respondió con absoluta indiferencia. No le concedió verla ni una sola vez y ni siquiera la llamó por su nombre, la encasilló en “la candidata del PRIAN”.

En medio de ambas, la apuesta exprés de Movimiento Ciudadano repartió ataques y enlistó el historial que ambas cargan de los partidos que representan. Nunca, pasara lo que pasara, dejó de sonreír.

“¿Y la pregunta no desea contestarla?” insistía la periodista Denise Maerker ante los cuestionamientos que planteaba, pero que los candidatos aprovechaban para sacar carteles con acusaciones, evadir con otros cuestionamientos a sus rivales o hasta cuestionar “si de otros temas no se va a debatir”.

Desde el arranque del debate, el protagonista fue un reloj fallido. Primero dejó de funcionar mientras Álvarez Máynez respondía sin tener claro cuánto tiempo le quedaba.

“Es que no funcionó el reloj y yo nunca pude ver cuánto me faltaba para hacer mi planteamiento”.
Sheinbaum lo respaldó y, tras varias fallas, terminaron insinuando que el tiempo se reiniciaba cuando hablaba Gálvez.

“Cambiaron el reloj, a cada rato le ponen cinco”, insistió el emecista, y luego Sheinbaum acusó que “hasta en la bolsa de tiempo se quiere robar la candidata del PRIAN”.
Gálvez intentó responder con ironía, pero se confundió de institución: “aquí está la presidenta del INAI”, señaló, refiriéndose a la insistencia de la consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei, quien rompió las reglas para que ella y otras tres consejerías afines tuvieran trato preferencial y pudieran entrar al set.

“Es del INE”, respondió Máynez con risas mientras el desorden se adueñaba del debate por un reloj que decidió no participar o se aburrió antes de lo previsto.

​Sheinbaum mostró una cara de indiferencia cada que la mujer con la que compite daba un posicionamiento, incluso hizo una mueca de hartazgo cuando la mencionaba en cada oportunidad.

Gálvez mantuvo el rostro desencajado ante la persistencia de sus acusaciones que no lograban que su rival mostrara una mínima afectación a pesar de señalarla de corrupción, de recordar el Colegio Rébsamen y la Línea 12 del Metro, la falta de medicamentos y los pacientes con cáncer que fallecen en espera de tratamiento.

Por su parte, la candidata oficialista atajó: “yo vivo en un departamento rentado, la del PRIAN en una casa del cártel inmobiliario”.
Álvarez Máynez, quien pidió que lo llamaran solo “Máynez”, se lanzó contra ambas y aprovechó para hablar de la carga que pesa sobre Gálvez: los partidos que en el pasado y en el presente critica, esos con los que está más porque no tiene otra salida.

“Es la candidata del peor PRI de la historia, por eso no te puede prometer hacer lo que no ha hecho el PRI y el PAN”, apuntó, lo que dejó a Gálvez atónita.
También aprovechó para dar algunos golpes, defendió al líder de Movimiento Ciudadano y lo comparó con el dirigente del PRI y candidatos panistas.

“A Dante (Delgado) nunca lo han visto ustedes con Lamborghinis, como el mejor amigo de Xóchitl, Alito Moreno, que tiene un historial de corrupción absolutamente grotesco.
“O como uno de sus invitados de honor que está aquí en el auditorio, Paco Cienfuegos, acusado de triangular dinero en paraísos fiscales, de enriquecerse. La gente de Nuevo León lo conoce, sabe perfectamente por qué han quebrado al estado. O como su gran amigo del alma, el más reciente, Manlio Fabio Beltrones, con cuentas en Andorra. Eso es lo viejo”, lanzó.
Sin embargo, Gálvez le pidió “que le baje poquito”, porque le recordó que él mismo fue priista.

“El problema no es dónde militaste o dónde estuviste en el pasado, sino lo que hiciste, los resultados que te definieron y en dónde estás ahora. Y ella ahora, aunque le pese, aunque le cueste decirlo, es la candidata del PRI, del peor PRI de la historia, por eso no te puede prometer hacer lo que no ha hecho el PRI y el PAN en su historia”, insistió el emecista.
Luego Gálvez replicó a Sheinbaum por llamarla “del PRIAN” teniendo en su coalición a ex priistas como Manuel Bartlett y ex panistas como Javier Corral.

Sin verla ni mencionarla, Sheinbaum acusó a Gálvez de ser una mentirosa y de incumplir promesas y optó por enlistar logros y premios de su administración como jefa de Gobierno de Ciudad de México e insistió en que debe continuar la transformación.

Al término del accidentado debate, los tres aspirantes coincidieron en que el ejercicio falló, que no fue dinámico, que el tiempo confundió, que incluso se les dieron instrucciones distintas en los ensayos y que pedirán cambios, para ver si en la próxima mejora el ritmo.

Sheinbaum se dijo ganadora, Álvarez Máynez celebró estar en la boleta y Gálvez retrasó su salida, pues el dirigente del PRI olvidó que parte de sus obligaciones son acompañarla a pesar de los golpes que él mismo recibió y una motocicleta tuvo que regresarlo al lugar.

Los golpes no lastimaron, se prometió un posdebate de pruebas en redes y mejoras en los próximos rounds, pero en el primero de tres en la memoria se quedó el reloj.

Como colofón, Gálvez cerró su participación abrazando una bandera con el escudo nacional de cabeza, aunque después lo justificó al asegurar que fue una señal del descontento ciudadano.

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