Ucrania advirtió este jueves respecto a “meses difíciles que se avecinan” después de un ataque nocturno “masivo” de Rusia contra varias ciudades, en el que murieron tres personas en Jerson, en el sur, y siete en Kiev.
Esta nueva salva de misiles de crucero rusos cayó mientras que el presidente ucraniano Volodimir Zelensky estaba en Washington para discutir sobre la obtención de ayuda para reforzar su defensa aérea.
“La mayoría de los misiles fueron derribados, pero solo la mayoría. No todos”, destacó Zelensky en Telegram, pidiendo a los occidentales que proporcionen más sistemas de defensa a su país.
La inminente llegada de la estación fría hace temer a las autoridades ucranianas que Moscú reanude una campaña de ataques para hundir a la población civil en la oscuridad y el frío, como ocurrió durante el invierno de 2022.
“Nos esperan meses difíciles. Rusia seguirá atacando las instalaciones energéticas y esenciales” ucranianas, advirtió el jefe adjunto de la administración presidencial, Oleksi Kuleba, acusando a Moscú de querer “sembrar el pánico”.
En Jarkov, gran ciudad del noreste, talleres y fábricas resultaron dañados y dos personas heridas, según las autoridades.
“El cohete cayó a unos metros de nosotros. Había muchos escombros y metralla”, dijo a AFP Mikola Pogorielov, director de la empresa local “Roof Center”.