Corea del Norte lanzó un misil balístico de tipo desconocido al mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas), según informó el Estado Mayor Conjunto (JCS) en un breve comunicado.
La Guardia Costera japonesa alertó también que el hermético país asiático había lanzado un misil “posiblemente de tipo balístico”.
Autoridades niponas citadas por la agencia Kyodo indican que el proyectil puede haber caído ya al agua, al parecer fuera de la Zona Económica Especial (ZEE) japonesa.
Se trata del decimoquinto lanzamiento de misiles que lleva a cabo el régimen de Kim Jong-un en lo que va de año y el segundo en menos de un mes, ya que el pasado 12 de julio disparó a modo de prueba un Hwasong-18, su misil balístico intercontinental (ICBM) más sofisticado.
Los lanzamientos de esta última semana se han producido después de que un submarino estadounidense con capacidad para realizar ataques nucleares visitó Corea del Sur, algo que no sucedía desde 1981.
Hoy mismo otro submarino estadounidense de propulsión atómica arribó a la isla de Jeju y cabe la posibilidad de que realice ejercicios conjuntos con la marina surcoreana.
Corea del Norte ha protestado por este despliegue de activos estratégicos al sur de la península y también por la celebración, el pasado día19, de la reunión inaugural en Seúl del Grupo de Consulta Nuclear (NCG), foro bilateral para coordinar respuestas estadounidenses a posibles ataques de Corea del Norte, incluyendo la opción nuclear.
La llegada de estos activos al Sur, así como el establecimiento del NCG responden a la declaración firmada en abril entre EE.UU. y Corea del Sur, por la cual Washington se compromete a reforzar la llamada “disuasión extendida”, el mecanismo a través del cual protege a su aliado y busca desalentar a Pionyang de seguir adelante con su creciente desarrollo de armas de destrucción masiva.
Tras el fracaso de las negociaciones sobre desnuclearización de 2019, la tensión ha vuelto a dispararse en la península coreana, con el rechazo de Pionyang a cualquier oferta de diálogo y ha realizado un número récord de pruebas de misiles, y Seúl y Washington han retomado sus grandes maniobras conjuntas y han desplegado periódicamente activos estratégicos estadounidenses en la región.