El panista Santiago Creel Miranda estuvo r sujeto durante dos horas a una reprimenda por los errores que reconoció haber cometido al ocultar que negoció la presencia de militares armados en el recinto legislativo, pero descartó renunciar a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, como se lo exigieron Morena y PT, por “romper la institucionalidad” y tratar de atribuir al Ejecutivo la intención de que el Ejército quisiera entrar al pleno.
En la primera sesión del periodo ordinario, el PAN ensayó una débil defensa de Creel, una de sus principales cartas para la elección presidencial de 2024 y de plano tiró la toalla cuando, vía remota, Carlos Ortiz Tejeda (Morena) soltó: “¿Por qué lo victimizamos, aunque lo merezca con creces? Que se quede y se destruya con su pedantería. Que no se vaya, si no puede con la presidencia de la cámara, ¿cómo va a poder con la Presidencia de la República?”
A todos los discursos, el panista respondió que se atenía a la decisión de la Junta de Coordinación Política sobre su presidencia, a sabiendas de que sólo puede ser destituido por el voto de las dos terceras partes de los diputados presentes. Sin ofrecer la disculpa que le exigían, expresó: “Asumo los errores que se hayan cometido; asumo la responsabilidad”.