El presidente francés, Emmanuel Macron, se muestra particularmente combativo contra los que no han querido vacunarse, a los que culpa de dificultar la salida de la crisis para todo el mundo, y avisa de que se va a seguir presionándolos y que tiene muchas ganas de fastidiarlos.
En una entrevista publicada este martes por Le Parisien en la que utiliza un tono particularmente desenfadado y con términos muy coloquiales que han provocado rápidamente fuertes reacciones, Macron recuerda que con las medidas para limitar la vida social de los no vacunados mediante la instauración del certificado sanitario se ha conseguido convencer a más del 90 por ciento para pincharse.
Queda una pequeña minoría refractaria. ¿Cómo se reduce? Se reduce, perdón por decirlo así, fastidiando todavía más. Yo no estoy para cabrear a los franceses. Echo pestes todo el día contra la Administración cuando los bloquea. Pues bien, a los no vacunados tengo muchas ganas de fastidiarlos. Y lo vamos a seguir haciendo hasta el final”, dijo el presidente galo.
El controvertido verbo francés utilizado por el jefe del Estado, “emmerder”, es muy coloquial y, según el contexto, puede traducirse también por cabrear, hacer la vida imposible o joder.
Sus palabras llegan en plena tramitación de un proyecto de ley de su Gobierno que obligará a presentar un certificado de vacunación (que demuestre la pauta completa) para la gran mayoría de las actividades que ahora necesitan un certificado sanitario.
Es decir, que ya no se podrá ir a un bar, a un restaurante, al cine, a un espectáculo, a un estadio ni se podrá viajar en transporte público de larga distancia con un simple test negativo, sino que será imperativo haberse inmunizado.
Macron justifica no haberse decantado por la obligatoriedad de la vacunación por razones sobre todo prácticas. “No voy a ponerlos en prisión, no voy a vacunarlos a la fuerza”, dice.
Además, insiste en el problema que se plantearía para controlar el cumplimiento de esa obligación y las sanciones: “¿Voy a forzar a la gente a que se vacune? ¿Voy a encarcelarlos y luego a vacunarlos?”.