Los presidentes de Rusia y de Estados Unidos, Vladimir Putin y Joe Biden, pretenden hablar por videoconferencia en los “próximos días” y abordarán las tensiones en torno a Ucrania y el acercamiento de la OTAN a las fronteras rusas, entre otros muchos temas, dijo el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov.
“Este contacto podría producirse en un futuro cercano, en los próximos días”, señaló el asesor del presidente ruso para Asuntos Internacionales, según la agencia Interfax.
El Kremlin ha propuesto ya una fecha a la Casa Blanca y está a la espera de que dé su visto bueno, pero en todo caso la conversación se producirá después del viaje de Putin a India el día 6, afirmó.
“La agenda es obvia: este contacto será una importante continuación de la reunión del pasado 16 de junio en Ginebra y la implementación de los acuerdos” alcanzados entonces, como eliminar los obstáculos al trabajo de las legaciones en EE.UU. y Rusia, y los diálogos sobre control de armas nucleares y ciberseguridad, indicó.
Los dos presidentes abordarán “la situación insatisfactoria de las relaciones bilaterales”, cuestiones internacionales urgentes, Afganistán e Irán, Libia y Siria, la pandemia del coronavirus y la crisis en Ucrania, resaltó.
Ushakov reconoció que las actuales tensiones en torno a Ucrania, en cuyas fronteras Rusia acumula más de 94 mil soldados, según Kiev, y el acercamiento de la OTAN a las fronteras rusas serán uno de los temas de la conversación entre Putin y Biden.
EE.UU. ha advertido a Rusia de sanciones inéditas si ataca a Ucrania, y ha instado a Moscú a retirar sus tropas a posiciones “normales”.
El mandatario ruso pretende plantear a su homólogo estadounidense su propuesta de elaborar unas garantías legalmente vinculantes de que la OTAN no se expanda más hacia Rusia y que no despliegue “armamento amenazante” en el territorio de países vecinos, entre ellos Ucrania, afirmó el asesor presidencial.
Para Putin, esa es una línea roja que tendría consecuencias, según ha dicho él mismo esta semana en un foro de inversiones.
Ushakov señaló que este asunto aún no se ha discutido con los socios estadounidenses, pero enfatizó que el tema en sí no es nuevo.
“Este problema es prolongado. Tanto la Unión Soviética como Rusia recibieron garantías verbales de que la infraestructura militar de la OTAN no se movería hacia el este, hacia el territorio de la Unión Soviética, territorio ruso. Sin embargo, estas garantías verbales resultaron ser inútiles”, dijo.
“Pero dada la tensa situación, existe la cuestión de la urgente necesidad de darnos las garantías adecuadas. Simplemente no podemos seguir así”, subrayó el asistente presidencial.
