La tan esperada jornada electoral del 6 de junio fue marcada por una serie de incidencias que derivaron de la falta de responsabilidad de aquellos ciudadanos insaculados y que en su momento recibieron la capacitación para desempeñar la función para la que fueron elegidos.
Tal situación se vio reflejada con el inicio tardío de las mesas receptoras de los votos, ya que para poder atender a los votantes, ni siquiera se presentaron quienes eran responsables de la instalación de las casillas.
Tras 5 horas de iniciada la jornada, la presidente del Instituto Estatal Electoral Claudia Arlet Espino anunció que en la entidad ya funcionaba la totalidad de las casillas, pero los diferentes partidos políticos en la frontera informaban que apenas había registro de un 85 por ciento, por lo que Pedro Torres, coordinador de campaña del candidato de MORENA a la gubernatura, acusó a la autoridad de tratar de inhibir la participación de los electores.
Según con las primeras revisiones de las actas que llegaron al sistema del Programa de Resultados Electorales Preliminares, en varias casillas se reportó una participación ciudadana superior al 50 por ciento y en comparación con procesos anteriores, hubo un aumento significativo.
Cabe destacar que según las fuerzas políticas y los electores, esta jornada sobresalió por el manejo del llamado voto útil, lo cual se vio reflejado en el aumento de la simpatía hacia los candidatos, que sin militar en los partidos que figuraron en el puntero de las estadísticas durante toda la campaña, cruzaron su boleta para favorecer a quienes consideraron la mejor opción.
Finalmente, el proceso electoral del 2021 fincó nuevos retos, como la falta de civilidad en quienes fueron elegidos como funcionarios de casilla y la urgencia de reinvención de los métodos de proselitismo por los partidos políticos, cuyos candidatos pudieron reconocer a tiempo sus propias posibilidades de triunfo y tomar decisiones complicadas.