La empresa automotriz Honda ha anunciado la suspensión de las operaciones de producción de vehículos en México debido a la grave escasez mundial de semiconductores. Según el comunicado emitido, la crisis se ha generado en gran parte por el bloqueo a las exportaciones de componentes clave por parte de Nexperia, un fabricante neerlandés. Este bloqueo sigue a la adquisición de la compañía por parte del gobierno de los Países Bajos y la consiguiente prohibición de exportaciones impuesta por China.
El desabasto de semiconductores afecta no solo a Honda en México, sino que también está generando ajustes en las plantas de la compañía en Estados Unidos y Canadá. Otras automotrices como Nissan y Mercedes-Benz han informado que cuentan con reservas de chips hasta principios de noviembre, aunque advierten que, si la escasez persiste, podrían verse obligadas a detener su producción en breve.
La crisis de semiconductores presenta un desafío tanto técnico como político. Los chips de Nexperia son ampliamente utilizados en sistemas automotrices, y su escasez resalta las tensiones comerciales globales que están afectando las cadenas de suministro. En este contexto, la industria automotriz está explorando alternativas como el uso de piezas sustitutas o la interrupción temporal de la producción, mientras los gobiernos negocian posibles soluciones multilaterales para mitigar la crisis.
Este panorama pone en evidencia la vulnerabilidad de la industria automotriz frente a futuras disrupciones y resalta la dependencia de las cadenas globales de suministro. A pesar de los esfuerzos por reforzarlas tras la pandemia, siguen expuestas a interrupciones políticas y logísticas que afectan la producción global.
